Elegir el régimen tributario adecuado puede optimizar la rentabilidad fiscal y garantizar el cumplimiento normativo, pero te has preguntado ¿cuál es el ideal para tu empresa?

En Bikans Asesores te contamos cuáles son son los regímenes de tributación y las ventajas de cada uno para que puedas elegir el más conveniente para tu empresa.

¿Cuáles son los regímenes de tributación?

En Colombia, los regímenes de tributación establecen las reglas bajo las cuales las empresas deben cumplir con sus obligaciones fiscales. Estos regímenes se determinan según el nivel de ingresos y la naturaleza de la actividad económica de cada negocio. 

El sistema tributario colombiano se divide en tres regímenes principales:

  • Régimen Simple de Tributación que está diseñado para pymes que prefieren tributar sobre sus ingresos.
  • Régimen Ordinario que es aplicable a la mayoría de los contribuyentes como regla general.
  • Régimen Tributario Especial, dirigido a entidades sin ánimo de lucro (ESAL).

1. Régimen Simple de Tributación: una solución para pymes y negocios informales

El régimen simple de tributación es una modalidad que busca simplificar el cumplimiento fiscal para pequeñas y medianas empresas (pymes) y negocios informales. 

Su principal objetivo es incentivar la formalización empresarial y reducir la carga administrativa.

Este régimen es ideal para negocios que buscan reducir la carga tributaria y simplificar su contabilidad. Sin embargo, no todos los contribuyentes califican debido a que es necesario cumplir con ciertos requisitos, como límites de ingresos anuales y tipos de actividades económicas.

Ventajas del régimen simple de tributación:

  • Pago integrado de impuestos

Permite consolidar en una sola declaración varios impuestos, como el impuesto sobre la renta y el ICA (Impuesto de Industria y Comercio).

  • Tarifas reducidas

Ofrece tarifas más bajas en comparación con el régimen ordinario, dependiendo de los ingresos brutos del contribuyente.

  • Frecuencia de declaraciones

Requiere anticipos bimestrales y una declaración anual consolidada.

2. Régimen Ordinario: para empresas con operaciones complejas

El régimen ordinario de tributación es el esquema fiscal tradicional en Colombia. En este, los contribuyentes deben declarar sus ingresos, costos y gastos deducibles de manera detallada. 

Este régimen es más adecuado para empresas con altos ingresos y gastos, operaciones complejas, aunque requiere un manejo contable riguroso.

Ventajas del régimen ordinario:

  • Cálculo de renta líquida

El impuesto se determina restando los costos y gastos deducibles de los ingresos.

  • Deducciones y descuentos tributarios

Permite aplicar deducciones que pueden reducir la carga fiscal considerablemente.

  • Declaración anual

Aunque la declaración es anual, algunos contribuyentes deben realizar pagos anticipados durante el año.

3. Régimen Tributario Especial: diseñado para entidades sin ánimo de lucro

El régimen tributario especial aplica a entidades sin ánimo de lucro (ESAL) que desarrollan actividades con fines sociales y no distribuyen ganancias. Estas entidades pueden beneficiarse de tarifas fiscales reducidas y recibir donaciones con incentivos tributarios para los donantes.

Ventajas del régimen tributario especial:

  • Renta exenta

Las ganancias se consideran exentas si se reinvierten en actividades meritorias definidas por la ley.

  • Tarifa diferencial

Se aplica una tarifa del 20 % en lugar del 35 % habitual.

  • Obligaciones de calificación y renovación

Las ESAL deben solicitar su calificación como contribuyentes de este régimen y renovarla anualmente antes del 31 de marzo.

Tras la Ley 1819 de 2016, se implementaron filtros para asegurar que solo las ESAL que cumplen con actividades meritorias y reinvierten sus excedentes puedan beneficiarse del régimen. En caso de incumplimiento, estas entidades serán excluidas del régimen especial y pasarán al régimen ordinario, enfrentando una tarifa del 35%.

¿Cuál es el régimen de tributación ideal para tu empresa?

Elegir el régimen de tributación adecuado es una decisión estratégica que puede impactar significativamente la rentabilidad y el cumplimiento fiscal de una empresa. 

Si eres una pyme o un negocio en crecimiento, el régimen simple podría ser tu mejor opción. Para empresas con operaciones complejas, el régimen ordinario ofrece más flexibilidad con respecto a deducciones. Por otro lado, si diriges una entidad sin ánimo de lucro, el régimen especial te permite maximizar los recursos para tus objetivos sociales.

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